Saber utilizar un desfibrilador es clave para salvar una vida ante una parada cardiaca
Ángel García Alcántara, especialista en medicina intensiva, señala que con una asistencia inmediata se logra evitar hasta el 50 por ciento de las muertes
Tras 42 años dedicado a la sanidad pública, Ángel García Alcántara se jubiló el pasado 6 de octubre de su trabajo como médico intensivista en el Hospital Clínico Universitario. No obstante, sigue vinculado a la medicina y se dedica a impartir cursos de formación para que la población sepa cómo actuar en caso de que una persona sufra una parada cardiorrespiratoria fuera de un hospital. El doctor García Alcántara recibió ayer un homenaje en un almuerzo para reconocer su fructífera labor profesional.
–¿A qué se dedica ahora que se ha jubilado?
–Sigo colaborando con la Facultad de Medicina de Málaga y un día a la semana voy al Hospital Clínico para ayudar al servicio de medicina intensiva en el manejo del registro Ariam, que contabiliza a los pacientes que ingresan con síndrome coronario agudo. También continúo con mi actividad en la Asociación de Expacientes de la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Clínico Universitario (Expaumi), de la que fui uno de los fundadores.
–Usted ha dedicado mucho tiempo a formar e informar sobre la reanimación cardiorrespiratoria en caso de una parada cardiaca. ¿Qué destaca de ese trabajo?
–Unas 30.000 personas fallecen cada año en España debido a una parada cardiorrespiratoria (un millar en Málaga). En el 40-50 por ciento de los casos, la muerte se habría evitado si alguien hubiera iniciado una maniobra de resucitación cardiopulmonar (RCP) inmediatamente en el sitio donde estaba el paciente.
–¿En qué plazo de tiempo hay que actuar cuando una persona sufre una parada cardiorrespiratoria?
–En una parada cardiaca hay que actuar con rapidez. Es a vida o muerte. Está demostrado que si el masaje cardiaco se inicia durante los cuatro minutos inmediatamente posteriores a la parada y se aplica un desfibrilador de forma lo mas precoz (antes de seis minutos), la probabilidad de supervivencia del paciente aumenta por encima del 50 por ciento y se evitan las secuelas neurológicas.
–¿Qué ocurre si se tarda más tiempo en dar la reanimación?
–Por cada minuto de demora en el inicio de la resucitación cardiopulmonar las probabilidades de que el paciente salga con vida bajan un 10 por ciento. Si pasan más de 10 minutos sin dar reanimación las posibilidades de recuperación son prácticamente nulas. Es clave que cualquier ciudadano sepa reaccionar con rapidez y eficacia ante la emergencia de una parada cardiaca.
–Pero no todo el mundo sabe qué hacer en esa situación vital.
–Por eso, es muy importante recibir formación para aprender a dar masaje cardiaco y utilizar un desfibrilador, un aparato sencillo de usar que cada vez está en más lugares de gran concentración de gente: estaciones de transporte, estadios deportivos, edificios públicos, grandes superficies comerciales… Muchos ciudadanos saben que están ahí, pero pocos saben cómo utilizarlos. Hasta la persona más torpe puede aprender a manejar un desfibrilador tras una sesión formativa de una o dos horas.
–¿Qué recomendaciones de actuación da usted cuando hay que hacer frente a una parada cardiaca?
–En primer lugar, dar un masaje con las manos para que la sangre llegue al cerebro y llamar de inmediato al 112 o al 061. Además, mirar si hay en las proximidades un desfibrilador y aplicar una descarga al paciente para reactivar el ritmo cardiaco mientras llega el equipo de emergencias.
–Hay personas que temen dar masaje o utilizar el desfibrilador por si le causan un daño mayor al paciente. ¿Cuál es su opinión ?
–Una parada cardiaca es una situación muy grave. Así pues, aunque se le pueda romper una costilla al enfermo con el masaje no importa, porque ese masaje se da a vida o muerte. La costilla se recuperará, pero, si no se actúa de inmediato, esa persona morirá o le quedarán secuelas irreversibles.
–¿Por qué se producen las paradas cardiacas?
–La mayoría están causadas por una arritmia grave, lo que se conoce como fibrilación ventricular. Aunque el corazón se para, sigue vibrando. El choque eléctrico del desfibrilador permite ordenar el ritmo cardiaco.
–¿Considera que habría que formar mejor a la población en general en técnicas de reanimación cardiopulmonar?
–Por su puesto. Es algo barato con un beneficio clarísimo para evitar la muerte súbita. La formación ayuda a salvar muchas vidas. Ese tipo de cursos sobre soporte vital debería desarrollarse de modo generalizado en colegios e institutos. Nosotros, a través de Expaumi, formamos a muchos familiares de pacientes crónicos. Asimismo, en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, impartimos cursos en los distritos de la capital. La formación también tendría que darse en los centros de salud a los familiares de los enfermos en riesgo de sufrir una parada cardiaca.
–¿Dónde está la sede de Expaumi?
–Estamos en el centro social Rafael González Luna, en la calle Virgen de la Candelaria s/n, en la barriada de Carranque. Nuestra página web es www. expaumi.org email: info@exapumi.org 647 85 93 73.
Nota de prensa publicada en el Diario el sur
el 05 de Noviembre de 2016