Reinserción del Paciente después de la Enfermedad
Debilidad, confusión, inseguridad, ansiedad, depresión,……son síntomas que presentan los pacientes tras sufrir una enfermedad grave que ha conllevado un tiempo de ingreso hospitalario y una “merma” en su capacidad física y psíquica.
La Rehabilitación es un tratamiento más que el paciente recibe para conseguir ser independiente en las mejores condiciones posibles, mejorando su debilidad y adaptándose a la vida socio-laboral que tenía previamente.
Desde esta terapia podemos abordar 3 grandes grupos de patologías:
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Rehabilitación cardiaca
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Rehabilitación respiratoria
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Rehabilitación neurológica
REHABILITACIÓN CARDIACA:
I. INTRODUCCIÓN
Los programas de prevención secundaria y rehabilitación cardíaca (RHC) agrupan todas las medidas tendentes a disminuir la mortalidad y el riesgo de presentación de nuevos episodios en pacientes con cardiopatías crónicas, mejorar la capacidad funcional y la autoconfianza necesarias para recobrar las relaciones familiares, sociales y laborales, y encauzar el estudio de los familiares de enfermos de alto riesgo para evitar, en ellos, la aparición de la enfermedad.
La utilidad de estos programas ha sido demostrada en numerosas publicaciones aparecidas durante las últimas décadas sobre enfermos con cardiopatía isquémica y, más recientemente, en enfermos con insuficiencia cardíaca crónica y trasplante cardiaco. Los pacientes con valvulopatías, operadas o no, miocardiopatías, portadores de desfibriladores y con múltiples factores de riesgo coronario también han presentado beneficios. Por otra partes y al contrario de lo que se creía hace unos años, hoy día sabemos que todos los cardiópatas obtienen un beneficio, especialmente los más graves y con una edad mayor.
II. DESCRIPCIÓN DE LOS PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN CARDIACA.
Para un abordaje integral de la recuperación y prevención secundaria del paciente cardiópata debe realizarse un abordaje multidisciplinario en el que intervienen diferentes profesionales: cardiólogos, médicos rehabilitadores, médicos de familia, fisioterapeutas, psicólogos y enfermeros. Los programas de RHC se componen de tres fases:
1.- FASE I:
Tiene lugar durante el ingreso hospitalario por el evento cardiovascular agudo. Se inicia durante el ingreso en UCI y se continúa durante la estancia en la planta de hospitalización. Su objetivo es básicamente la movilización precoz, la realización de ejercicios respiratorios, la prevención de complicaciones derivadas del encame prolongado, así como la información básica sobre la patología cardiaca del paciente.
2.- FASE II:
Tiene lugar en los tres meses siguientes al ingreso hospitalario aunque también puede llevarse a cabo en cualquier momento de la evolución del paciente cardiópata. Es la fase que mas beneficios conlleva y la que precisa de mayor tiempo, recursos humanos, materiales y dedicación por parte del paciente. Debe abarcar los siguientes elementos:
a) Control clínico y de los factores de riesgo. Los pacientes que van a ser incluidos en un programa de RHC son inicialmente valorados de forma global en un consulta de cardiología especializada en prevención secundaria en donde se realiza un adecuado control de los factores de riesgo que pasa forzosamente por una concienciación adecuada del paciente y sus familiares, se profundiza en el diagnóstico inicial del paciente, se estratifica el riesgo y se optimiza el tratamiento en sentido amplio (farmacológico, revascularización, implantación de dispositivos antiarrítmicos, etc).
b) Entrenamiento físico programado. Las sesiones de entrenamiento físico se inician en un segundo término, tienen una duración aproximada de 8-12 semanas y se realizan en grupos de pacientes con similar nivel de riesgo. Para llevar a cabo esta fase, se requiere un examen global del aparato locomotor y una programación del entrenamiento aeróbico adecuado a la exploración clínica y a los resultados de las pruebas complementarias (ergometría…) realizado por el médico rehabilitador en la consulta de rehabilitación cardiaca. Los efectos del entrenamiento físico se traducen en un aumento importante de la capacidad funcional y en una reducción de la mortalidad con un origen multifactorial: efectos favorables sobre los lípidos y los demás factores de riesgo, aumento de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y del tono autonómico, mejoría de la disfunción endotelial, aumento de la fibrinolisis y, sobre todo, mejoría del metabolismo de oxígeno por el tejido musculoesquelético y por el miocardio. De esta forma, la mejoría de la capacidad funcional ocurre, en muchos pacientes, sin cambios sustanciales en la función ventricular. El aumento de la capacidad funcional es un potente predictor negativo a largo plazo de la mortalidad cardiovascular y total, como han demostrado estudios con cerca de 20 años de seguimiento.
c) Tratamiento psicológico. En general se lleva a cabo de forma paralela a las sesiones de entrenamiento físico. El tratamiento psicológico en los pacientes que lo requieran, así como el aprendizaje de técnicas de relajación, son aspectos clásicos de los programas de rehabilitación que mejoran la confianza y autoestima. Muchos de estos pacientes, con personalidad de tipo A, necesitan aprender a enfrentarse a los problemas ordinarios de la vida de una forma diferente. Estos programas ofrecen una oportunidad única.
d) Aumentar el conocimiento del paciente sobre su enfermedad. Tras las sesiones de entrenamiento físico, se realizan charlas y coloquios informativos sobre diversos aspectos teórico-prácticos de la enfermedad cardiovascular: factores de riesgo cardiovascular, dieta, tipos de ejercicio físico, sexualidad y reincorporación laboral. Estas sesiones deben ser comprensibles a todos, de corta duración y deben inducir a un coloquio en el que tanto los pacientes como los familiares participen de forma activa.
e) Facilitar la orientación y reincorporación laboral. Tras la realización del protocolo de RHC ocurren dos fenómenos: El paciente como ya se ha indicado ha mejorado su capacidad funcional, ha aprendido la forma de realizar ejercicio físico y ha mejorado su adaptación a las situaciones estresantes, por un lado y por otro el personal de la unidad ha constatado de forma directa cual es la capacidad funcional del paciente y su propia capacidad de adaptación al medio, datos que mas allá de los propios resultados de la ergometría permiten emitir un informe en el que se especifique la aptitud del paciente para su actividad laboral habitual y así como los normas que deberían observarse para adaptar la actividad laboral a la situación actual del paciente.
3.- FASE III:
Tiene lugar tras la finalización de la fase II y se prolonga durante toda la vida del paciente. Su objetivo es el fomento permanente de los hábitos higiénico dietéticos y de ejercicio físico adquiridos por el paciente durante la fase II. Puede ser llevada a cabo en polideportivos o en las propias unidades de rehabilitación a modo de sesiones de recuerdo.
III. RESULTADOS DE LOS PROGRAMAS DE REHABILITACIÓN CARDIACA.
Los resultados de los estudios clínicos demuestran que la morbilidad y la mortalidad descienden de forma significativa, y la reincorporación al trabajo puede aumentar hasta 3 veces con respecto a los enfermos que no siguen estos programas. Metaanálisis de 21 estudios aleatorizados y controlados, realizados en las décadas de los setenta y ochenta, que incluyeron a más de 4.000 enfermos, demostraron una reducción del 25% en la mortalidad cardiovascular y total a los 3 años.
La mejoría de la calidad de vida es notable en la mayoría de los pacientes incluidos en estos programas, aunque es difícil de valorar. Depende, a su vez, de la mejoría del control clínico, la capacidad funcional, el aumento de la autoconfianza, la mejoría metabólica, etc.
La reincorporación laboral muestra una reincorporación del 50%- 85% de los pacientes rehabilitados, frente al 30% de los que siguen las medidas habituales.
En resumen, los programas de prevención secundaria y rehabilitación cardíaca consiguen una reducción de la mortalidad total y de la morbilidad y mortalidad coronaria y cardiovascular significativas, una mejoría de la calidad de vida, y una reincorporación social y laboral de la mayoría de los enfermos. El análisis de costes es muy favorable. Por todo lo anterior, estos programas son recomendados por numerosos organismos oficiales, como la Organización Mundial de la Salud, y las guías clínicas de los principales organismos y sociedades científicas, y están realizándose en un porcentaje significativo de enfermos de los países más desarrollados del mundo occidental.
REHABILITACIÓN RESPIRATORIA
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica es la patología respiratoria discapacitante con mayor prevalencia (alrededor de un 10% en población entre 40-70 años) entre las enfermedades respiratorias, que se caracteriza por una obstrucción al flujo aéreo no totalmente reversible y progresiva debido a una respuesta inflamatoria anómala a partículas o gases nocivos, sobre todo, al humo del tabaco.
Se considera una enfermedad sistémica, ya que además de los síntomas respiratorios propios de esta enfermedad, aparece una disfunción muscular esquelética causante de la atrofia muscular característica de estos enfermos, con la consiguiente debilidad e intolerancia al esfuerzo, dando lugar a una dependencia progresiva para las actividades de la vida diaria. Por todo ello, constituye una causa frecuente de hospitalizaciones, discapacidad y mortalidad, con un coste social y sanitario bastante elevado.
La Rehabilitación Respiratoria es un programa multidisciplinario de atención a los pacientes con afectación respiratoria crónica, que se estructura individualmente y se diseña para optimizar la capacidad funcional, social y la autonomía de los pacientes. Desde la evidencia científica se ha demostrado que disminuye las reagudizaciones, mejorando la disnea y la capacidad de esfuerzo.
Un programa de rehabilitación respiratoria debe incluir entrenamiento físico, consejos nutricionales y educación de la enfermedad y se puede realizar tanto a nivel hospitalario, ambulatorio e incluso domiciliario.
1.OBJETIVOS de la REHABILITACIÓN PULMONAR:
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Ayudar a la independencia de la persona.
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Enseña la correcta biomecánica de la caja torácica, para conseguir una ventilación más efectiva.
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Ayuda a eliminar las secreciones mucosas, evitando infecciones respiratorias recidivantes.
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Contribuye al fortalecimiento muscular mediante un programa de reentrenamiento al esfuerzo, con ejercicio aeróbico progresivo y controlado.
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Mejora la calidad de vida, al conseguir realizar las actividades de la vida diaria con más autonomía.
2.CÓMO:
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Supresión del tabaco y otros agentes nocivos.
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Nutrición adecuada.
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Técnicas de reeducación respiratoria: aprender a respirar utilizando los músculos respiratorios más potentes, como por ejemplo la respiración abdómino-diafragmática, para conseguir un ritmo respiratorio más eficiente.
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Reentrenamiento al esfuerzo mediante ejercicio aeróbico suave y progresivo, como por ejemplo caminar de 30 a 60 minutos, 3-5 veces a la semana. Otras alternativas pueden ser ejercicio en bicicleta o pedalier.
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Terapia Ocupacional: ayuda a realizar las actividades de la vida diaria con menor gasto de energía y menor dificultad respiratoria.
CONSEJOS PARA FACILITAR AVD
EN EL BAÑO:
1.Taburete, ducha portátil y barras de seguridad
2.Esponja con mango
3.Albornoz
4.Secarse, afeitarse, lavarse la cara y peinarse sentado
5.Evitar aerosoles y perfumes fuertes
AL VESTIRSE:
1.Preparar la ropa
2.Primero prendas parte inferior
3.No agacharse, utilizar equipos adaptados
4.Evitar cinturones, corbatas que opriman
5.Mejor velcro o cremalleras que botones
6.Zapatos sin cordones
LIMPIEZA HOGAR:
1.Planificar las tareas
2.Utilizar aspirador (no escoba)
3.Evitar limpiar ventanas
4.Pedir ayuda para las tareas pesadas
5.Utilizar lavadora
6.Si lava ropa a mano, en cantidades pequeñas
7.Planchar sentado
LA COMPRA:
1.Lista de la compra
2.Mejor compra a domicilio
3.Comprar poco y a menudo que mucho de una vez
4.Evitar cargas pesadas
5.Carro para el transporte
EN LA COCINA:
1.Utensilios a mano
2.Arrastrar las ollas en lugar de levantarlas
3.Llevar la comida a la mesa con un carro
4.Poner los platos en remojo antes de lavarlos
5.Secar los platos al aire
6.Si lavaplatos, ponerse en cuclillas para la colocación y retirada de la vajilla.
AL COMER:
1.Si necesita O2, utilizar mediante gafas nasales aumentando el flujo durante la comida
2.Controlar periódicamente el peso
3.Fraccionar las comidas: 4-5 veces / día
4.Aumentar consumos de líquidos, agua y zumos: 1,5 l/día
5.Evitar bebidas alcohólicas y con gas
6.Eliminar las secreciones antes de las comidas
7.Evitar alimentos flatulentos: col, coliflor, manzanas…
8.Evitar estreñimiento, aumentando consumo de fibra
9.Masticar lentamente con la boca cerrada
10.Evitar digestiones pesadas y descansar tras las comidas
11.Realizar una buena higiene buco-dental tras la comida
Con todo ello, se consigue una mejoría significativa en su calidad de vida y capacidad funcional, permitiendo realizar las actividades de la vida diaria con menor dificultad y mayor independencia.
REHABILITACIÓN NEUROLÓGICA
Un accidente cerebrovascular (ACV o ACVA), ictus cerebral, apoplejía, golpe o ictus apoplético o ataque cerebra es la pérdida de las funciones cerebrales producto de interrupción del flujo sanguíneo al cerebro y que origina una serie de síntomas variables en función del área cerebral afectada.
En España el ataque cerebrovascular (ACV) constituye la primera causa de mortalidad femenina y la segunda en los varones. Asimismo, es la primera causa de secuelas neurológicas permanentes para ambos sexos. Uno de cada cinco ACV ocurre en individuos en edad laboral. Una vez instaurado, debe realizarse una atención sanitaria dirigida a la rehabilitación y a la prevención secundaria, y esta última debe mantenerse indefinidamente dada su recurrencia.
La rehabilitación busca minimizar los déficits o discapacidades experimentadas por el paciente que ha sufrido un ictus, así como facilitar su reintegración social. Es un proceso activo que requiere la colaboración y capacidad de aprendizaje del paciente y de su familia. Es necesario hacer comprender que no vamos a conseguir una recuperación “ad integrum”. El objetivo fundamental es ayudar al paciente a adaptarse a sus déficits y no a librarse de ellos, ya que en la mayoría de los casos, la lesión neurológica se recupera en todo o en parte espontáneamente en un período de tiempo variable o no se recupera nunca; todo depende de la gravedad del ictus.
La recuperación funcional es mayor en el primer mes, se mantiene hasta el tercer mes, es menor entre el tercer y sexto mes y experimenta cambios progresivamente menores entre el sexto y decimosegundo mes. Por regla general, se establece que a partir del 6º mes se produce la estabilización del cuadro. El lenguaje y el equilibrio pueden seguir mejorando hasta transcurridos 2 años.
Los programas de rehabilitación consisten fundamentalmente en la aplicación de determinadas técnicas de terapia física, terapia ocupacional y de logopedia, según el tipo y grado de discapacidad, que se pueden utilizar aisladamente o en combinación (técnicas convencionales, técnicas de facilitación neuromuscular, técnicas de biofeedback, etc.).
Es importante ayudar al paciente y a su familia a identificar las repercusiones que su enfermedad tiene sobre su vida cotidiana, así como aportar los conocimientos y habilidades para afrontarlas.
CONSEJOS PARA LA REINSERCIÓN SOCIO-FAMILIAR TRAS UNA AFECTACIÓN NEUROLÓGICA:
Comunicación: En aquellos pacientes a los que como secuela tengan una afasia se recomendará a su familia que:
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Hablen con el enfermo como si fuera un adulto.
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Hablar lentamente, utilizando palabras fáciles y frases cortas ayudándose incluso con gestos.
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No chillar, los gritos no ayudan a comprender.
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En aquellos pacientes que conserven la capacidad de escribir se les estimulará para que se comunique a través de la escritura.
Patrón de sueño:Para conservar un correcto patrón de sueño se aconseja:
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Evitar dormir de día y las siestas de duración excesiva.
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Procurar un entorno tranquilo.
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Mantenerlo distraído durante el día.
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Utilizar si es preciso camas bajas y/o protectores laterales.
Actividades de la vida diaria:Conducción: Aquellos pacientes con ictus que tengan una recuperación satisfactoria no deben conducir hasta que haya transcurrido un mes tras el ACV. Los pacientes con déficits residuales sobre todo alteraciones visuales, debilidad motora o deterioro cognitivo sólo pueden volver a conducir tras realizar un reconocimiento adecuado en los centros psicotécnicos acreditados.
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Vestirse: Siempre se debe empezar por la extremidad afectada. Para aquellos pacientes con déficits motores importantes se recomienda la utilización de ropa cómoda y de fácil colocación, como chándal, calzado cerrado, velcro en lugar de botones, etc.
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Higiene e hidratación: Es muy importante una adecuada hidratación de la piel en aquellos pacientes con déficits importantes que afectan a su movilidad para evitar erosiones y úlceras, prestando especial atención a las prominencias óseas.
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Movilización: La movilización dependerá de las posibilidades de cada paciente. Se recomienda realizar movimientos activos en los miembros sanos. En los pacientes con trastornos importantes de deambulación se recomienda realizar cambios posturales cada 4 horas. Es recomendable la sedestación durante el día así como la utilización de almohadas para proteger las zonas de roce. En caso de que pueda caminar con ayuda se recomienda la realización de paseos cortos y frecuentes mínimo, al menos dos veces al día.